Usos de la
Hoja de Coca

«La “coca” es un emblema de la antigua cultura andina: es la hoja sagrada. Tiene un significado religioso, social y medicinal desde hace seis mil años. La política imperial de Estados Unidos difunde la idea según la cual “coca es igual a cocaína” para combatir a los pueblos andinos y despojarlos de sus riquezas naturales.»
Hugo Blanco, en Koka Mama.

«La coca es buena para el hambre, para la sed, para la fatiga, para el calor, para el frío, para el dolor, para la alegría… Es buena para la vida… [Con] la coca se obsequia a los cerros, lagunas y ríos encantados; con la coca viven los vivos, llevando coca entre las manos se van los muertos…»
Ciro Alegría, en El mundo es ancho y ajeno.

USO TRADICIONAL DE LA HOJA DE COCA

«La coca es virtud, no es vicio, como no es vicio la copa de vino que diariamente consume el sacerdote en la misa»
Valdizan y Maldonado

El uso de la hoja de coca en la sociedad andina no es con fines de drogadicción, sino de alimento, de uso ritual, ceremonial y medico. Los andinos, consumiendo las hojas de coca, con música y poesía construyeron Machu Picchu y otras maravillas.

Valor nutricional

En 1975, los científicos J. A. Duke, David Aulik, Ttimothy Powlman, de la universidad de Harvard establecen que la Hoja de Coca contiene 99.3% de proteínas; minerales como el hierro, calcio, magnesio, zinc y otros; vitaminas, A, B, B2, B5, B12, C y E; ácidos orgánicos como el ácido fólico, pantoténico, triomina, riboflovina, niacina y muchas otras sustancias benéficos para el organismo humano.

En 1965 el valor nutricional de la hoja de coca fue publicada por el Instituto Nacional de Nutrición, por el Dr. Collazos, en la tabla de composición de alimentos peruanos. Los datos de composición química, de la hoja de coca, fueron suprimidos en las posteriores ediciones para que los peruanos ignoren la importancia nutritiva de la hoja de coca. Por el laboratorio Raltech, esta planta de coca fue considerado como un architónico del reino vegetal, y la Universidad de Harvard demuestra que el masticatorio de 100 g. diario puede cubrir todas las necesidades del ser humano. La hoja de coca contiene proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas y minerales, en cantidades requeridas por el organismo.

El “coqueo” o Acuy, es la masticación y retención de las hojas de coca en el boca, acompañada de una sustancia alcalina (cal o ceniza de la quinua, entre otras cosas). Asimismo, por la simbiosis armónica ente los hombres y la naturaleza, la coca es vital en todas las actividades sociales y culturales, “el masticatorio de la coca en el trabajo da vigor, en el velorio valor, en las relaciones con sus divinidades seguridad, en situaciones de preocupación da tranquilidad, también quita el hambre, la sed, el sueño, las penas y el cansancio” (Quispe, 1986:92).

La concentración de los alcaloides en la hoja de coca es muy baja (0.7%); por lo tanto, ingerida en forma natural no produce toxicidad ni genera dependencia. El consumo natural es un estimulante leve, que mejora la atención y la coordinación de ideas. Por la situación de pobreza extrema y la ausencia de alimentos balanceados, para los campesinos “… sería imposible trabajar sin coca, los trabajadores se destruirían sin la hoja de coca, la pereza dominaría sino hubiese la hoja de coca” (Carter y Mamsni, 1978). Por ello, el consumo de la hoja de coca es una costumbre muy arraigada en las comunidades campesinas y los barrios marginales, por las duras condiciones de trabajo, la miseria, desnutrición que afecta a las poblaciones rurales y las zonas inhóspitadas porque “… la coca tiende a corregir los desequilibrios biológicos producidos por la fatiga o estrés, causados por la agresión climática y las tensiones sociales” (Cabieses, 1985: 35).

El consumo mediante el masticatorio de la hoja de coca en todas las actividades económicas, en las relaciones sociales, políticas y religiosas es muy saludable, porque “… el chacheo no causa problema alguno, por el contrario el uso de la coca es un equilibrador sobre todo un ritual de profundo significado existencial que permite ejercitar una milenaria solidaridad social y compartir con las hojas de coca las incógnitas del destino” (Salas, 1986:52).

“Esta hoja es maravillosa, su agregado nutricional se está viendo en todo tipo de pacientes. La coca hace maravillas, tiene más calcio que la leche y tanto fósforo como el pescado, por cada 100 gr. de hay 2097 mg. de calcio. De sus 74 alcaloides hasta ahora solo se han estudiado 37 como por ejemplo: la papaína es u digestivo, la reserpina regula presión arterial y forma osteoblastos, por eso actúa en pacientes de osteoporosis” (Vera, 2005).

USO TERAPÉUTICO DE LA HOJA DE COCA

La hoja de coca es un producto altamente terapéutico. Sus alcaloides son fuentes de productos fitoterapéuticos; ésta hoja es una fuente importante de antioxidantes, en fibra, contiene principios bioactivos como son polifenoles, de los que contienen mayor cantidad de betacarotenos como la zanahoria o lechuga. Contiene taninos condensados que protegen a las proteínas, lípidos e hidratos de carbono del daño oxidativo durante la digestión.

Beneficios y propiedades de la hoja de coca

  • La coca es muy rica en fibra.
  • Mejora la flora intestinal.
  • Al ser muy rica en calcio ayuda a curar la osteoporosis.
  • Eficaz en el tratamiento de la obesidad (controla la ansiedad).
  • Energizante natural – tónico restaurador.
  • La coca estimula la función respiratoria y combate el mal de altura.
  • Regula el metabolismo de carbohidratos.
  • Ayuda a curar la artritis.
  • Mejora el funcionamiento del hígado.
  • Ayuda a eliminar el estrés y la depresión.
  • Mejora las funciones digestivas (indigestión, estreñimiento y diarrea).
  • Aliviar los cólicos menstruales.
  • Cura la migraña.
  • Mejora la circulación.
  • Nivela la presión arterial alta.
  • Adelgaza la sangre.
  • Quita el insomnio.

La hoja de coca posee 14 alcaloides naturales

Cocaína: Es el éster metálico de la benzoilegnonina, tiene propiedades anestésicas y analgésicas.
Egnonina: Es un derivado carboxilado de la atropina, tiene propiedades de metabolizar grasas y glúcidos, carbohidratos y adelgazar la sangre.
Pectina: Es absorbente y antidiarreico, junto a la vitamina E, regula la producción de la melanina para la piel.
Papaína: Esta proteasa (que en mayor proporción contiene la papaya) es muy parecida en su estructura a la catepsina animal, es un fermento que acelera la digestión.
Higrina: Excita las glándulas salivares cuando hay deficiencia de oxígeno en el ambiente.
Globulina: Es un cardiotónico que regula la carencia de oxígeno en el ambiente, mejorando la circulación sanguínea, evita el “soroche” (mal de altura)
Pyridina: Acelera la formación y funcionamiento del cerebro, aumenta la irrigación sanguínea a la hipófisis y las glándulas.
Quinolina: Evita la formación de caries dental junto con el fósforo y el calcio.
Conina: anestésico.
Cocamina: analgésico.
Reserpina: Regula la presión arterial en hipo e hipertensión y ayuda a la formación de células óseas.
Benzoina: Propiedades terapéuticas para la gastritis y las úlceras.
Inulina: Refresca y mejora el funcionamiento del hígado, la secreción de la bilis y su acumulación en la vesícula, es diurético, ayuda a eliminar las sustancias nocivas y tóxicas no fisiológicas. Es un polisacárido que produce aumento de las células de la sangre
Atropina.

USO ESPIRITUAL DE LA HOJA DE COCA

Para los indígenas hay plantas sagradas con un alcance metafísico tal que se les atribuyen propiedades sobrenaturales, poderes místicos e inimaginables. ¿Cómo a través de hojas y bejucos se puede conocer el interior de los hombres?

Desde tiempos inmemorables las comunidades indígenas han entendido otras cosmovisiones, unas en donde conciben otros dioses, otras lenguas y una cultura cobijada por lo ancestral. Ellas han optado por diferentes formas de desarrollo, convivencia y, sobre todo, de relación consigo mismos y con la naturaleza. De ahí que, las plantas sean un eje transversal para la evolución de sus pueblos. Ellas permiten demostrar cómo desde posturas y elementos alternativos se puede entrar en procesos de conocimiento, introspección e incluso sanación.

Cada planta cuenta con una personalidad particular. Algunas representan a la mujer o al hombre, algunas son de aire y otras de fuego; unas se dejan en la boca, otras se beben, algunas se soplan y otras en que no se incluye la ingesta directa pero se absorben por la piel. Cada una de estas acompaña el camino en tanto permiten pensar, hablar y vivir el mundo con mayor fluidez. También, pretenden otorgar una purificación física, mental y espiritual que busca solucionar problemas, preocupaciones o enfermedades de manera natural.

La hoja de coca, el tabaco y la ayahuasca son algunas de las plantas ancestrales. En medio de la selva, en una maloca, entre cantos, rezos y un fuego inmarcesible, las plantas adquieren todo un nuevo significado. Estas según los taitas, abuelos, mayores o chamanes, afirman que son dadas por el dios creador y la madre naturaleza. Así, no son sólo hierbas, ya no es árbol o palma en su estado vegetal. Son alimentos sagrados que se tornan en seres antropomórficos: medicinas ancestrales con su propio poder curativo.

Con la medicina devino entonces lo místico. Se pasó a formar un canal directo entre el vientre o corazón de la tierra con la conciencia humana. De la mano de la alucinación, la adivinación, la profecía, la meditación, el diagnóstico y el silencio se erigió el pensamiento y palabra, aparecieron consigo nuevos personajes y animales, dudas, mensajes y señales.

Las comunidades indígenas con el uso de sus medicinas han hecho resistencia desde diferentes frentes. Han luchado en pro de defender y perdurar las tradiciones autóctonas ante un sistema que constantemente, mediante acciones de despojo, busca anular otros tipos de pensamiento y costumbres. Desde la conquista hasta la actualidad, los saberes de losnativos han sido cuestionados. Algunos consideran que son una aberración porque ven a los indígenas como bárbaros, crueles e incivilizados. En cuanto a las medicinas las consideran drogas o sustancias adictivas e incluso saberes obsoletos. No obstante, resulta extraordinario cómo estas prácticas medicinales aún continúan vigentes debido a que forma parte de la libre determinación de los pueblos indígenas. Ellas fomentan sus creencias, las cuales son un elemento crucial -casi inexorable- de sus rituales, ceremonias y su diario vivir, es decir, las plantas configuran la identidad de estos pueblos.

Mambe

Mambe (100 g.)

“Lengua de Dios o palabra de vida”. Cuando se ingiere el mambe se produce un sabor entre amargo y dulce, seca la garganta, se entumece la lengua y la boca, los dientes quedan verdes y empieza el efecto. El mambe representa a la mujer derivada de la hoja de coca la cual se pone a tostar, se mezcla con algún aditivo alcalino como la ceniza de yarumo o la concha de mar y de ahí se pulveriza, como resultado queda un polvo o harina fina. De ahí, se toman cucharadas y se ponen a los lados de boca intentando formar una masa que se vaya diluyendo con la saliva de a poco.

Se mambea en espacios compartidos y sociales ya que al ser el compañero del pensamiento, permite mayor claridad a la hora de expresarse con otros y más, porque en la tradición, se dice que carga con la dulzura femenina que produce sabiduría en las palabras. Además, físicamente otorga facilidad comunicativa, aumenta la concentración, mejora la actividad sensorial, disminuye el cansancio y el hambre, de ahí que se use en actividades físicas de largo aliento.

Aquí la siembra de la hoja de coca tiene un fin, un proceso y un propósito en específico. No gira en torno a fines delictivos o de adicción sino que en el entender del mundo indígena se mambea desde los primeros rayos de luz hasta cuando cae el día. Claro está, aunque no genera dependencia, para los mayores es imprescindible contar con la compañía de la hoja de coca pues cuida de ellos y es la base para abonar su pensamiento. Asimismo, ha sido uno de los suplementos por excelencia para conservarlos ya que contiene proteínas y vitaminas en niveles elevados.

Ambil

Ambil (25 g.)

Dicen los abuelos que el ambil es el “Compañero del pensamiento”, este debe ir siempre acompañado del mambe en tanto este dota y nutre el poder de la palabra y armoniza el pensamiento. Su carácter y sabor es más fuerte ya que se ve representado en la figura masculina, la cual brinda claridad al escuchar y permite ordenar ideas para que, a la hora de conversar, siempre haya un buen recibimiento de parte y parte.

El ambil se hace a partir de la cocción lenta de hojas de tabaco con sales vegetales en agua. Este debe revolverse durante largas horas hasta lograr un jarabe o jalea oscura. Ella se aplica en las encías y en la lengua para que se vaya diluyendo lentamente con el mambe.

Walter Ernest Hardenburg, un ingeniero estadounidense que se adentró al Putumayo para construir una línea de ferrocarril de Brasil a Bolivia, ilustra cómo desde 1907 se puede evidenciar el ritual del ambil. “Cuando hay una fiesta para cualquier acuerdo o contrato, ellos recurren al cebrado chupe de tabaco. Un número de indígenas se congregan en torno a una olla. El médico tradicional introduce de primero el dedo índice en el líquido y comienza un largo discurso. Ellos se ven excitados cada vez más hasta que finalmente la olla comienza a circular con solemnidad y cada uno introduce su dedo en el líquido para luego ponerlo en el lenguaje. Este es el juramento más solemne de los uitotos”